Un hospital universitario quiere brindar esta ayuda, y va dirigida a soldados que perdieron todo o parte de sus genitales en las guerras en que interviene ese país desde 2001.
La Escuela Universitaria de Medicina John Hopkins en Baltimore se apresta a poner en práctica el trasplante de pene en Estados Unidos. En rigor, esa operación ya se hizo dos veces: una fallida en China en 2006 y una exitosa en Sudáfrica el año pasado.
El grupo de cirujanos de ese centro médico tiene previsto un programa de 60 trasplantesque les permitirá hacer un seguimiento de los resultados y decidir si la operación se convierte en un tratamiento estándar.
Y no se trata de un capricho o una excentricidad: de 2001 a 2013, 1367 militares norteamericanos sufrieron heridas en los genitales en Irak o Afganistán, según el Departamento de Defensa.
Casi todos eran menores de 35 años y fueron heridos por las bombas de fabricación casera, comúnmente llamados artefactos explosivos improvisados, o IED (por las siglas en inglés de "improvised explosive devices"). Los médicos las llaman lesiones genitourinarias y consisten en la pérdida de todo o parte de sus penes o testículos.
Andrew Lee, director de cirugía plástica y reconstructiva en la Universidad Johns Hopkins dijo que esa lesión "es tan devastadora como cualquier cosa que nuestros guerreros heridos sufren, para un joven de unos 20 años que vuelve a casa con el área pélvica completamente destruida".
Lee advirtió que los pacientes deben ser realistas y no "pensar que pueden recuperar todo". Cada lesión es distinta, dicen, pero se les puede dar a los pacientes un rango de posibilidades sobre qué esperar de la intervención quirúrgica. "Algunos esperan tener hijos y creo que es una meta realista", dijo Lee.
Una ONG de Maryland se encarga de la obtención de órganos para este programa de la Universidad Johns Hopkins. Litsa Williams, director de Servicios a la Comunidad de esa institución, asegura que por el momento el problema es que hay muchos donantes "que prefieren no donar sus órganos sexuales".